miércoles, 29 de febrero de 2012

Publicidad oficial, leyes y democracia


     Uno de los mecanismos que puede ayudar al derecho a la información es regular, a la luz de las mejores prácticas, las relaciones económicas entre los medios y el aparato gubernamental. ¿Cómo es posible informar de manera veraz sobre asuntos de gobierno si no hay criterios para la asignación publicitaria?
     La relación entre el Estado y los medios de comunicación en México vive encuentros y desencuentros, con razón o sin ella. En muchos casos existe un ejercicio abusivo de la libertad de expresión. En otros, la intolerancia gubernamental se traduce en un ejercicio patrimonial del poder que por inercias de nuestra subcultura limita el contagio de prácticas democráticas.
     El papel de la prensa no es servir de medio aséptico entre lo que hace el gobierno y la comunidad, sino de brindar contexto en modo, tiempo y forma. Uno de los grandes aportes de la libertad de expresión es poder decir lo que muchos no quieren escuchar.
     No se puede socializar el conocimiento sobre la cosa pública con medios homogéneos donde todo lo ven blanco o negro. La crítica es la esencia del derecho a saber. La crítica implica señalar el error y reconocer el acierto. La libertad de expresión tiene muchos enemigos. La autocensura, la ignorancia, los intereses creados al margen del bien común y la censura directa o indirecta son algunos de ellos. Uno de los mecanismos que puede ayudar al derecho a la información es regular, a la luz de las mejores prácticas, las relaciones económicas entre los medios y el gobierno. Esto es particularmente cierto en países como el nuestro. Sólo hay un país en el mundo donde la publicidad oficial está prohibida: Paraguay, pero no es el caso aquí; antes bien, todo lo contrario. Si es verdad que se destinan recursos públicos a los medios, también lo es que debe definirse cómo y para qué. ¿Cómo es posible informar de manera veraz sobre asuntos de gobierno si no hay criterios de asignación publicitaria? Estoy convencido de que la ausencia de reglas en esta materia es ajena al interés público. Peor todavía se puede dar la circunstancia de utilizar recursos públicos para fines privados.



Publicado originalmente en la Revista Mexicana de Comunicación:
Publicidad oficial, leyes y democracia | Revista Mexicana de Comunicación



29 FEBRERO 2012
ROCÍO GÁRATE CALLEROS                               

COMENTARIO:

            Al referirnos a la publicidad tenemos la idea que por lo general es un producto o una empresa que se quiere dar a conocer cabe destacar que ya en la actualidad la publicidad no tiene tanto éxito como se quisiera, suena sarcástico pero en realidad si la publicidad impactara lo suficiente no sería necesario pasar tantos spots, comerciales, carteles, espectaculares, entre otros dependiendo su rango. Para poder dar a conocer una publicidad es necesario tener la autorización  por parte de las autoridades correspondientes, pero ¿Por qué se tiene que pedir permiso para expresarnos? ¿Por qué se tiene que expresar lo que terceros quieren? Esta es la relación que le doy al artículo de  la relación entre el Estado y los medios de comunicación en México; la libertad de expresión al querer decir lo que se piensa sin faltarle el respeto a cualquier ciudadano pero porque en la mayoría de los casos, al querernos expresar de alguna figura pública que obviamente ha sido antes investigado, no se puede publicar tal cual son las cosas.
Cabe destacar que para muchos no es muy agradable que exista esa libertad de expresión porque es ahí cuando se puede decir lo que a muchos no les gustaría escuchar, pero aun así hay muchos periodistas o investigadores que se dan a la tarea de investigar a quien se les hace que lleva una trayectoria necesaria de investigar, ya sea por sus logros o por corrupción.

1 comentario:

  1. (R)
    El artículo habla de la publicidad oficial y de cómo se impulsó una ley que regulara el uso que el gobierno le ha dado desde hace años. Es decir, utilizarla como de mecanismo de presión sobre los medios de comunicación.

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