miércoles, 7 de marzo de 2012

Miguel Angel Granados



Originario del central estado de Hidalgo, donde nació el 10 de marzo de 1941, Granados Chapa ejerció el periodismo durante más de cuatro décadas. En ese periodo contribuyó a la fundación de algunos de los principales medios impresos del país  el semanario Proceso o los diarios La Jornada y Reforma, colaboró en programas de radio y televisión.
En 1977 empezó a publicar la columna Plaza Pública en Cine Mundial, de la ciudad de México; hoy la columna aparece en diversos diarios, entre los que destacan Reforma, Mural y El Norte.
“Miguel Ángel es una figura entrañable, muy querida y un factor fundamental en la construcción del periodismo mexicano, para las principales publicaciones de este país
“Es el periodista más notable de la segunda mitad del siglo XX, es un hombre que escribia todos los días y todos los días lo hacia bien, es un ciudadano con una  conciencia política muy reconocida.
Era Conocido por su estilo sobrio y vestido siempre de traje, algunos colegas lo describían como uno de los periodistas más sobresalientes del México contemporáneo: lector disciplinado, riguroso con las fuentes de información, inmerso en el contexto de la noticia, crítico hacia el poder.
Antes de morir el tuvo una  conversación, en la cual el señaló que un periodista debe huir “de la rutina y de la comodidad” y del “contacto espurio con el poder”, y que en su vida le faltaba ver “una disminución severa de la inequidad social”. “Moriré menos agobiado por una culpa social si esa brecha se estrecha, si ese abismo se atenúa”.
El analista político se despidió de sus lectores días antes de morir. Sin dar explicaciones, aunque se sabía que padecía cáncer desde 2007 y que la enfermedad había mermado su salud, en su columna del viernes 14 de octubre en el diario Reforma escribió:
“Esta es la última vez en que nos encontramos. Con esa convicción digo adiós”. Dos días después de despedirse de sus lectores, a los 70 años, falleció en la Ciudad de México








CONFERENCIA:    

“LA PROBLEMÁTICA DE LA GLOBALIZACIÓN CULTURAL”

            El día lunes 5 de marzo de 2012 en la Universidad Autónoma de Sinaloa se llevo a cabo una conferencia la cual estuvo a cargo del Dr. Gilberto Giménez Montiel  el trabaja para el Instituto de investigaciones sociales- UNAM, ha escrito varios libros los cuales han sido recibidos con éxito y también ha escrito artículos en revistas científicas. La cita fue en el auditorio de la biblioteca central y fue presentado amablemente por personal que labora dentro de la institución, también se les agradeció la presencia a varios maestros, doctores y alumnos del plantel. La cita fue a las 11 am y termino alrededor de la 1.15.
           
                                   GLOBALIZACIÓN CULTURAL

            En la conferencia se explico lo que se le denomina como globalización que tiene que ver con redes de interconexiones entre sociales en expansión creciente y a escala planetaria, por lo que se entiende la importancia de la cultura en este contexto, ya que no podrían existir tales redes de comunicación sin la cultura entendida como “la producción e intercambio de significados, esta definición es del autor Start Hall.
            Se explicó el eje de convergencia  que es lo que nos hace sentir como si viviéramos en el mismo mundo, eso debido a que utilizamos los mismos artículos, es decir, en diferentes partes del mundo se utilizan los mismo celulares, carros, aparatos electrónicos, tarjetas de crédito, marcas de ropa, entre otras.
           

                                   DIFERENTES POSICIONES DE GLOBALIZACIÓN

            La globalización mediática se basa en textos de comunicación. Existen tres posiciones frente a los datos:
            1).- Globalistas que afirman que el crecimiento global de los flujos culturales mediáticas.
            2).- Tradicionalistas se muestran escépticos frente a ese proceso y subrayan la continuidad y el vigor persistente de las culturas nacionales
            3).- Los transformistas que admiten cambios importantes.
           
            En base a eso de explico durante 2 horas el termino de globalización, se mostraron ejemplos y se explico lo necesario de acuerdo al tiempo establecido. Muchos en la conferencia se mostraron atentos otros no tanto, los más interesados fueron los maestros ya que es un tema que lo dominan mucho mejor y les es de mayor interés, la parte de los alumnos que estaban presentes se mostraban inquietos y con un poco de aburrimiento, tal vez sería por qué no están acostumbrados a asistir a ese tipo de eventos. Al finalizar la plática se le entrego un reconocimiento a Giménez Montiel por su gran destacada participación.

¿porqueel exito de paulette?


¿Por qué el éxito de Paulette?
En el vórtice de uno de los momentos más graves de violencia del más grave periodo de violencia de la historia reciente de México, la muerte de una niña de cuatro años excita, irrita y abre debates como hace mucho no se veía. En las dos últimas semanas, no hay nada en ratings, registro de lectores, consultas en la red y las redes sociales que se compare con la historia de Paulette. ¿A qué se debe este éxito de taquilla?
Carlos Marín da una clave. Dice que es la reivindicación de la nota roja. Y, sí, por lo visto, y en medio de tanto horror, de 18 mil narcoejecuciones, los mexicanos tenían ganas de estremecerse con una buena historia. Como la de Paulette: compleja, riquísima en dramatismo, excelente en personajes (sobresale la madre de la niña), plagada de exageraciones y también de errores de la policía (caracterizada por un investigador tipo nerd-siglo XXI, como es el procurador mexiquense Alberto Bazbaz), y que deja abiertas todas las puertas a la intriga y la imaginación.
Tendremos tiempo para revisar con distancia el fenómeno. Por lo pronto, me quedo con una sensación de extrañeza. De paradoja. El asesinato, muerte accidental o lo que sea de Paulette nos sacó de golpe de nuestra rutina de sangre. Al televidente, radioescucha, lector o asiduo de las redes sociales no parece conmoverle ya la ejecución de jóvenes en Ciudad Juárez, tres decapitados por ahí, ni siquiera la muerte de los estudiantes del Tec de Monterrey. Ese es el paisaje cotidiano. La niña de cuatro años, en cambio, es lo extraordinario.
Extrañeza porque entre los miles de cadáveres hay espacio todavía para ese dolor del bueno que suele traer.

Este texto se publicó en Milenio Diario el 8 de abril. Agradecemos al autor su permiso para reproducirlo.






Comentario
Sin duda alguna esta es una noticia la cual nos causo mucha intriga al ver lo que estaba pasando con esa niña, fueron varios días de no saber, que es lo que realmente estaba pasando.
                   
Todo lo que hicieron fue solamente  una forma de ponernos algo de atracción, mientras estaban otros problemas realmente importantes en el medio, nosotros intrigados con paullete, era un tema el cual nos tenia desesperados por saber la verdad, fueron varios días de angustia y sobre todo perdida de tiempo por estar al pendiente, ya que todo el dia lo pasaban por los medios.

Un espectáculo en el que los medios de comunicación tienen mucha responsabilidad. Venden un crimen como promocionando una película; sin lugar a duda, nuestra actitud tanto de comunicadores como consumidores, debería asustarnos

miércoles, 29 de febrero de 2012

El Futuro de las Noticias

El futuro de las noticias
     En la actualidad, el reto del periodismo estadounidense consiste en lograr la transición. No creo que esté en decadencia, aunque si los periodistas lo definen como la segunda construcción, pueden asegurar que la decadencia aparecerá. Dicho de otra manera, lo que tienen que entender los líderes de los periódicos estadounidenses es cómo pasar de un negocio financiado en su mayor parte con papel a uno que se financia con noticias que llegan directamente a los ordenadores, a través de teléfonos, agendas electrónicas y otros elementos todavía desconocidos.
Con o sin periódicos, la transición tendrá lugar. El éxito con el que se gestione determinará no sólo si las prósperas redacciones logran mantenerse en pie, sino también si los valores importantes de éstas resisten.
No es un tema a corto plazo, no se trata de capear el temporal durante un año o dos. Es una cuestión de
cinco años, o diez o más. Definirá el periodismo de la próxima generación. La supervivencia dependerá del dinamismo que le den al periodismo los jefes de las redacciones para que los gerentes vendan. No depende de que las redacciones esperen a que los gestores inventen otro modelo de negocio. En pocas palabras, éste es el futuro de las noticias.
El primer paso para llevar a cabo la transición es enfrentarse a la idea de que las noticias se están convirtiendo en un producto masificado. Hoy la gente tiene acceso a mucha información a través de diversas fuentes. Ésta es la razón por la que The New York Times puede cobrar por sus columnas de opinión o editoriales –que no cuesta mucho producir– pero no por su recopilación de información –que cuesta un gran trabajo–.
Así que los periodistas debemos recapacitar acerca de lo que nosotros entendemos por noticias. No hay una sola definición. Necesitamos entender qué tipo de noticias desarrollan una marca, definen una elección, o en cuáles los lectores encontrarán un valor añadido. Quiero sugerir cinco clases de noticias en las que creo que los periodistas deberían pensar para realizar la transición. Puede haber otras cinco en las que no he pensado. O tal vez la gente sea capaz de redefinirlas aún mejor. Mi meta es que piensen.
1.Periodismo.coherente
Son el tipo de noticias que la gente identifica al pensar en la nueva cultura de los medios de comunicación. Son la clase de informaciones que facilita a los ciudadanos la navegación en el resto de los medios. Son las que incentivan a la gente para que descubra en qué cree. Les ayudan a crear un orden entre hechos aislados. Como ahora hay demasiada información es más difícil crear un conocimiento porque requiere un filtro mayor y más organizado. Ayúdenme a hacerlo.
El periodismo coherente puede ser una pieza analítica. Es tan fácil como que una historia tenga una sola de las piezas del rompecabezas para que la imagen de repente esté clara. Puede ser una historia que añada un poco de contexto. O tal vez sea una con una fuente que nunca ha hablado hasta entonces. Puede ser una historia que me diga que lo que he leído no es correcto, que no debería creerlo. O puede ser la historia que revise el resto de historias. Es la que me ayuda a corroborar aquello en lo que tengo que confiar.
Hay muchos ejemplos, aunque otros muchos nuevos aparecen cada día. The Wall Street Journal publicó un artículo memorable durante la guerra de Irak en el que explicaba cómo había evolucionado la figura del héroe estadounidense desde el sargento York en la Primera Guerra Mundial y Audie Murphy en la Segunda hasta Jessica Lynch.1 Ya no nos sentíamos cómodos con los héroes que habían matado a mucha gente. Los soldados laureados de la América contemporánea están ahora más cerca de ser víctimas o supervivientes.
También puede valer como ejemplo un artículo publicado en The Washington Post acerca de la opacidad que hay en el gobierno del presidente Bush en su segundo mandato, donde se analiza cómo el gabinete de asesores toma la mayoría de las decisiones y las comparecencias del Presidente se han reducido. Puede valer una columna de opinión del especialista en mailing político directo Richard Viguerie, explicando el motivo por el que los leales conservadores están hoy descontentos con el Presidente.
Son historias que se recuerdan una semana, un mes, un año después. Son piezas que te ayudan a pensar y entender. Un buen director debería reconocerlas al instante. Son fáciles de reconocer, no tanto de crear.
Producir periodismo coherente también supone elevar el nivel de experiencia entre los reporteros y sus directores y probablemente ayude a que el reportaje sea más transparente. Significa hacer un periodismo que les dé a los lectores una razón para confiar en ti.

Comentario;
Como nos dimos cuenta, hoy en la actualidad todos tenemos retos en la vida, la de un peridodista es aun mas difícil, ya que arriesga su vida por empeñarse a su trabajo.
Hoy la gente tiene acceso a mucha información a través de diversas fuentes. Ésta es la razón por la que The New York Times puede cobrar por sus columnas de opinión o editoriales que no cuesta mucho producir pero no por su recopilación de información que cuesta un gran trabajo.
Así que los periodistas deben de  recapacitar acerca de lo que nosotros entendemos por noticias. No hay una sola definición. Necesitamos entender qué tipo de noticias desarrollan una marca, definen una elección, o en cuáles los lectores encontrarán un valor añadido.
Aquí tenemos cinco clases de noticias que podemos sugerirles, en las que creo que los periodistas deberías pensar paa realizar una transacion.

1.Periodismo.coherente

Que es el tipo de noticias que la gente identifica al pensar en la nueva cultura de los medios de comunicación.El periodismo coherente puede ser una pieza analítica.
2. Asuntos que nadie más cubre
El peligro aquí reside en tratar de no desechar lo que uno escribe, que puede ser único.
3.Descubre cosas, se un guardian
El trabajo de investigación sigue siendo algo que el público respeta, lo que nos muestra la necesidad de mantener una prensa libre ante todo.
4.Crea un foro local
Existe mucha opinión en la radio, en la televisión, en Internet. A pesar de ello, muy poca se centra en la comunidad. Y no está muy claro cuánta se usará para incrementar la experiencia y el conocimiento o concordará con los valores con los que se sienten cómodos los consumidores de noticias habituales.
5.Identifica el rol mas profundo de tu medio de cominicacion dentro de tu comunidad.                                                                                               
Expande este rol en la red. Todo medio de comunicación tiene una personalidad especial en su comunidad. Se debe a la manera de funcionar de la historia, de la cultura,
















Tecnología educativa

Educación y medios




Resulta  indudable  hoy  día el  impacto  de  las  nuevas  tecnologías  y  de  las  comunicaciones  en  prácticamente  todos  los  segmentos  de  la  vida  cotidiana:  están  transformando  la  forma  de  vivir,  de  interrelacionarnos,  de  trabajar,  de  comprar  e  incluso  de  aprender  y  enseñar.  Si  la  convergencia  generada  por la Internet  ha  renovado  las  pautas  del  entretenimiento  en  el  siglo  XXI,  el  abanico  de  posibilidades  que  empieza  a  abrir  para  la  educación  formal  e  informal  resulta  insospechado.
Con la revolución digital, por ejemplo, la Tecnología Educativa (TE) continúa ensanchando su perfil más allá de los medios audiovisuales como originalmente estaba concebida. Y es que desde 1984,la Unescola describió “como un modo sistemático de concebir, aplicar y evaluar el conjunto de procesos de enseñanza y aprendizaje, teniendo en cuenta a la vez los recursos técnicos y humanos y las interacciones entre ellos, como forma de obtener una educación más efectiva”.
De manera más síntética, Pere Marques sostiene que la TE es la teoría y la práctica del diseño y desarrollo, selección y utilización, evaluación y gestión de los recursos tecnológicos aplicados a los entornos educativos. En otras palabras: se trata de aprovechar los medios tecnológicos para el estímulo, el desarrollo y la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje, con lo cual se aspira no sólo a fortalecer la intercomunicación de profesores y alumnos sino fundamentalmente ampliar los márgenes de captación, digestión y expresión del conocimiento.
En esa lógica vale la pena destacar algunos aspectos que, según el mismo Pere Marques, debe tener en cuenta la tecnología educativa para significarse como una disciplina medular en la Sociedad de la Información:
1.    Conocimientos científicos teóricos asociados a los recursos tecnológicos para saber cómo son;
2.    Habilidades de manejo de los mismos, para saber cómo se usan,
3.    Alfabetización audiovisual (interpretación y uso del lenguaje audiovisual) y sobre las nuevas formas de estructurar información (alfabetización hipermedia);
4.    Alfabetización informática y telemática: uso de los programas informáticos y telemáticos básicos; y
5.    Valoración del impacto y las posibles aplicaciones de las TIC y los mass media en la sociedad y en la educación.
Hablar de tecnología y medios en la actualidad supone referirse a encauzar o perfilar la formación o adopción de hábitos, conocimientos, miradas, conductas o, lo que es lo mismo, sustrato educativo.  Estudiar la tecnología y los medios, por tanto,  nos remite invariablemente a la educación. Ante la relevancia de este tema no es gratuito que la presente edición de RMC  haya convocado a distinguidos investigadores para reflexionar sobre ello. Caridad García y Eduardo Peñalosa, por ejemplo, analizan la alfabetización cultural digital a la que conciben como un proceso que “permite desarrollar capacidades para navegar y comunicarse a través de las TIC”, o como “una habilidad y competencia en el uso del lenguaje multimedia e hipermedia” cual herramienta de trabajo e instrumento de aprendizaje.
Desde la misma perspectiva, Raúl López Parra plantea cómo el entorno digital despliega nuevas brechas al modelo tradicional de enseñanza; Omar Dela Rosa reflexiona en torno a los cambios tecno-científicos y el avance de las nuevas tecnologías, que están obligando a las universidades a renovarse particularmente en materia docente;  Vicente Castellanos considera que los nuevos medios propician diversas interacciones y están transformando a las sociedades, lo cual obliga a una revisión crítica del cambio cultural; Juan Domingo Farnós observa a las redes sociales como espacios de interacción entre los jóvenes, y trascienden el mero entretenimiento para aprovecharse en el terreno profesional, académico y del aprendizaje; Margarita Espinosa y Caridad García analizan cómo en la educación virtual, los foros de discusión o de opinión constituyen una valiosa herramienta didáctica.
Delia Crovi y Carmen Gómez Mont hacen sutiles llamados de atención. La primera expone una reflexión de sumo interés: Si bien es cierto que a los jóvenes universitarios mexicanos se les facilita el desarrollo de nuevas estructuras y habilidades de pensamiento múltiple que encauzan novedosas formas de aprendizaje, de lectura, de creación de conocimiento y de modos de trabajar, ¿en qué medida los docentes están en el mismo nivel de apropiación? “Se trata sin duda de un tema emergente para la comunicación educativa sobre el cual es importante ahondar”, asierta Crovi.
Carmen Gómez Mont, por su parte, asevera que de poco servirán las nuevas tecnologías en la educación si las instituciones encargadas para ello evitan impulsar planes de estudio que impacten en la docencia; si los sistemas educativos no se renuevan a partir de políticas públicas; y si no existe una real apropiación social de las diversas culturas y lenguas del México multicultural.
Veamos, pues, múltiples aristas de la triada Tecnología-Educación-Medios.

Director  de  RMC. Profesor e investigador del Departamento de Ciencias de la Comunicación
dela UAM Cuajimalpa. Presidente dela Fundación Manuel  Buendía.



Publicado originalmente en la Revista Mexicana de Comunicación:
Tecnología educativa | Revista Mexicana de Comunicación





29 FEBRERO 2012
ROCÍO GÁRATE


COMENTARIO:
            Hoy en la actualidad las tecnologías nos acompañan día a día, se ha comentado mucho la nueva forma de cómo las tecnologías nos están invadiendo y perturban a los jóvenes como estudiantes, pero no todo lo han denominado como malas tecnologías  ya que ha comprobado científicamente en la revista mexicana de comunicación que los jóvenes estudiantes a nivel universitario utilizan las redes sociales o la internet para tener comunicación con sus compañeros y en parte lo utilizan para ser comparaciones sobre temas o preguntas vistos en clase o bien para tener relación de los trabajos a entregar.
            También se ha comprobado que las nuevas fuentes de información relacionadas con el internet han ayudado mucho a los conocimientos ya que comparten demasiada información importante y al combinarlos con programas hacen trabajos realmente sorprendentes. Aun hay personas que rechazan esta manera de enseñar pues sienten que hay muchos distractores que afectan pero aun a esos comentarios obtenidos se ha seguido con esta manera de enseñar y cada vez más programan las tecnologías para los menores que van emprendiendo su estudio.
            En lo personal siento que la teoría de la TE es muy buena porque nos ayuda a desarrollarnos prácticamente, podemos darle significado a lo que aprendemos en las aulas y así en nuestros tiempos libres podemos practicar en cualquier lugar donde nos encontremos.
Publicidad oficial, leyes y democracia


     Uno de los mecanismos que puede ayudar al derecho a la información es regular, a la luz de las mejores prácticas, las relaciones económicas entre los medios y el aparato gubernamental. ¿Cómo es posible informar de manera veraz sobre asuntos de gobierno si no hay criterios para la asignación publicitaria?
     La relación entre el Estado y los medios de comunicación en México vive encuentros y desencuentros, con razón o sin ella. En muchos casos existe un ejercicio abusivo de la libertad de expresión. En otros, la intolerancia gubernamental se traduce en un ejercicio patrimonial del poder que por inercias de nuestra subcultura limita el contagio de prácticas democráticas.
     El papel de la prensa no es servir de medio aséptico entre lo que hace el gobierno y la comunidad, sino de brindar contexto en modo, tiempo y forma. Uno de los grandes aportes de la libertad de expresión es poder decir lo que muchos no quieren escuchar.
     No se puede socializar el conocimiento sobre la cosa pública con medios homogéneos donde todo lo ven blanco o negro. La crítica es la esencia del derecho a saber. La crítica implica señalar el error y reconocer el acierto. La libertad de expresión tiene muchos enemigos. La autocensura, la ignorancia, los intereses creados al margen del bien común y la censura directa o indirecta son algunos de ellos. Uno de los mecanismos que puede ayudar al derecho a la información es regular, a la luz de las mejores prácticas, las relaciones económicas entre los medios y el gobierno. Esto es particularmente cierto en países como el nuestro. Sólo hay un país en el mundo donde la publicidad oficial está prohibida: Paraguay, pero no es el caso aquí; antes bien, todo lo contrario. Si es verdad que se destinan recursos públicos a los medios, también lo es que debe definirse cómo y para qué. ¿Cómo es posible informar de manera veraz sobre asuntos de gobierno si no hay criterios de asignación publicitaria? Estoy convencido de que la ausencia de reglas en esta materia es ajena al interés público. Peor todavía se puede dar la circunstancia de utilizar recursos públicos para fines privados.



Publicado originalmente en la Revista Mexicana de Comunicación:
Publicidad oficial, leyes y democracia | Revista Mexicana de Comunicación



29 FEBRERO 2012
ROCÍO GÁRATE CALLEROS                               

COMENTARIO:

            Al referirnos a la publicidad tenemos la idea que por lo general es un producto o una empresa que se quiere dar a conocer cabe destacar que ya en la actualidad la publicidad no tiene tanto éxito como se quisiera, suena sarcástico pero en realidad si la publicidad impactara lo suficiente no sería necesario pasar tantos spots, comerciales, carteles, espectaculares, entre otros dependiendo su rango. Para poder dar a conocer una publicidad es necesario tener la autorización  por parte de las autoridades correspondientes, pero ¿Por qué se tiene que pedir permiso para expresarnos? ¿Por qué se tiene que expresar lo que terceros quieren? Esta es la relación que le doy al artículo de  la relación entre el Estado y los medios de comunicación en México; la libertad de expresión al querer decir lo que se piensa sin faltarle el respeto a cualquier ciudadano pero porque en la mayoría de los casos, al querernos expresar de alguna figura pública que obviamente ha sido antes investigado, no se puede publicar tal cual son las cosas.
Cabe destacar que para muchos no es muy agradable que exista esa libertad de expresión porque es ahí cuando se puede decir lo que a muchos no les gustaría escuchar, pero aun así hay muchos periodistas o investigadores que se dan a la tarea de investigar a quien se les hace que lleva una trayectoria necesaria de investigar, ya sea por sus logros o por corrupción.

miércoles, 22 de febrero de 2012

El olvido de los medios


Hace unos cuatro años, cuando la violencia iba por los veinte o veinticinco mil muertos en México, algunos medios de comunicación decidieron sentarse a la mesa a tratar de discernir cómo comportarse profesionalmente ante un fenómeno relativamente nuevo —delincuencia organizada galopante, asesinatos de inocentes, sicariato, enfrentamientos entre bandas, etc.— que cobraba ya entonces proporciones alarmantes.
La idea, hasta donde recuerdo, partía de una cierta preocupación de que llevar al extremo de lo abstracto y de lo absoluto el concepto y el ejercicio de la libertad de expresión, en condiciones tan atípicas como las de la violencia mexicana de estos años, podría preservar eventualmente un bien provocando un mal y propiciando un conflicto perverso de valores.
El racional es que cada vez que la delincuencia coloca un mensaje junto al cadáver de uno de sus ejecutados o cuando hacen advertencias en anuncios en las calles (como las mantas) o cuando suben a Internet un video con alguno de sus crímenes o cuando transmiten un lenguaje corporal (como en el caso de La Barbie o el así llamado JJ) los delincuentes quieren exhibirse. Con esos desplantes pareciera que los criminales tratan de intimidar a sus adversarios y buscan reafirmarse a sí mismos dentro de su código de comportamiento. Más grave aún: tales conductas intentan generar un clima de aprensión o miedo en la sociedad.
Y como en esa tarea a veces encuentran la colaboración —activa o pasiva, consciente o no— de los medios de comunicación, las motivaciones de la delincuencia buscan producir un efecto social: que los medios de comunicación difundan esas fechorías porque son noticia y porque la divulgación conviene en la lógica delincuencial.
El problema, sin embargo, como lo ha analizado con rigor Raúl Trejo, es que la difusión reiterada de las imágenes de esos hechos puede crear, primero, un efecto de aturdimiento, después de hábito y, más tarde, de trivialización y de costumbre, provocando una reacción de desmoralización ciudadana (algo que las encuestas de entonces y de ahora sugieren), de indiferencia o, en el peor de los casos, que los ciudadanos terminen por “preferir la indulgencia de los criminales antes que la acción del poder público para enfrentarlos”.
Bien. Esa es una parte del problema.
La otra, más profunda porque es cultural, es que la sensación de impunidad en ese terreno y en otros que integran el universo de la ilegalidad, estimula una conducta delincuencial, la hace atractiva porque no hay castigo, y de esta forma se va larvando un tejido social donde es tolerable, aceptable y de hecho natural brincarse la ley. Como nos confiesa una estudiante en un grupo de enfoque en que participé hace meses: “¿Vale la pena ser honesto y respetar la ley? Sí, claro. Pero no avanzas”. Lo trágico es que los medios, con afortunadas excepciones, parecen haberse olvidado de aquella discusión del 2008 y la situación no es mejor ni en los hechos ni en la percepción ni en el estado de ánimo colectivo.
¿Hasta dónde resiste la cuerda?

http://www.etcetera.com.mx/articulo.php?articulo=11516

Comentario

El tema es estratégico para el momento que vive el país, a la vez que nos permite retomar una de las reflexiones más fecundas de los países en los últimos años, la de las relaciones entre memoria y olvido en tiempos de guerra, y el papel de los medios en los modos de recordar y olvidar: una primera sobre la principal tarea que la sensibilidad fin de siglo parece haberles encomendado a los medios masivos: fabricar presente; y una segunda sobre las paradojas que produce la guerra en las relaciones del recordar con el olvidar.
En primer lugar, que los medios están contribuyendo a un debilitamiento del pasado, de la conciencia histórica, pues al referirse al pasado, a la historia, casi siempre lo descontextualizan, reduciéndolo a una cita, y a una cita que no es más que un adorno para colorear el presente con lo que alguien ha llamado «las modas de la nostalgia». El pasado deja de ser entonces parte de la memoria, de la historia, y se convierte en ingrediente del pastiche, esa operación que nos permite mezclar los hechos, las sensibilidades y estilos, los textos de cualquier época aisladamente, sin la menor articulación con los contextos y movimientos de fondo de esa época. Y un pasado así no puede iluminar el presente, ni relativizarlo, ya que no nos permite tomar distancia de lo que estamos viviendo en lo inmediato, contribuyendo así a hundirnos en un presente sin fondo, sin piso y sin horizonte. Los medios están así reforzando —no creando, pues los medios sólo catalizan, refuerzan y alargan las tendencias que vienen de los movimientos de lo social— la sensación postmoderna de la muerte de las ideologías y sobre todo de las utopías, porque ambas se hallan ligadas a otra temporalidad más larga, hoy emborronada por la pérdida de aquella relación con el pasado que nos proporciona la conciencia histórica.
Los medios no nos están ayudando a anclar en la historia lo que nos pasa, para desde allí dibujar algún futuro, sino que, en conjunto, los medios debilitan el pasado y diluyen la necesidad de futuro. Claro que hay mucho por matizar, pues mientras la prensa —alguna prensa, al menos— intenta aún enlazar los hechos, hilarlos, ponerlos en contexto, la radio y especialmente la televisión trabajan sobre la simultaneidad de tiempos y la instantaneidad de la información que, posibilitadas por las tecnologías audiovisuales y telemáticas, se han convertido en perspectiva, esto es, en modo de ver y de narrar. Los medios audiovisuales aplastan la temporalidad sobre la instantaneidad: a lo que hoy llaman los medios actualidad es la toma en directo o sus equivalentes. Y esa simultaneidad entre acontecimiento e imagen, entre suceso y noticia, es la que le exige a la radio o a la televisión cortar cualquier programa para conectarnos con el presente de lo que está pasando —atención a ese verbo pasar, pues se trata de un presente que no tiene reposo sino que pasa y pasa, a toda velocidad—, exigiendo también que el tiempo en pantalla de cualquier acontecimiento sea también instantáneo y equivalente: ¡tanto dura una masacre de campesinos como un suceso de farándula, pues en la economía del tiempo de la televisión valen lo mismo! Extraña economía la de la información en radio o televisión, según la cual su costo en tiempo implica que la información —como la actualidad— dure cada vez menos. Hasta hace un siglo «lo actual» se medía en tiempos largos, pues nombraba lo que permanencia vigente durante años, pero después la duración se fue acortando, estrechando, y acabó dándose como eje la semana, después el día, y ahora lo actual es el instante —incesantemente repetido— en que coinciden el suceso y la cámara o el micrófono. O quizá sea al revés: lo actual es el instante que la cámara convierte en suceso. ¿Cómo diferenciarlos?
Vivimos así inmersos en un presente cada vez más delgado o, como dirían los tecnólogos, más comprimido, ya que uno de los mayores logros del desarrollo tecnológico, a partir de la fibra óptica, es la compresión (¡no confundir con comprensión!), pues de lo que se trata es de meter, y hacer circular, el máximo de información en el mínimo de espacio, en el mínimo de espesor material.